Categorías

EL BOSÓN DE HIGGS Y LA PARTÍCULA DE DIOS

 El hallazgo del bosón de Higgs, la elusiva partícula que los físicos buscaban de forma inagotable desde hace 40 años, ha sido considerado  como el descubrimiento científico más importante del año. El Higgs es clave para explicar cómo otras partículas elementales, como electrones y quarks, obtienen su masa, y pone la última pieza del complicadísimo rompecabezas conocido como el modelo estándar de la física.





El 4 julio, los físicos de CMS y ATLAS, los dos mayores experimentos del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), ubicado en el CERN, cerca de Ginebra, en Suiza, confirmaban emocionados la existencia de una partícula que coincidía con la descripción teórica del bosón de Higgs. El hallazgo «bendecía» los conocimientos actuales sobre el mundo subatómico y, por fin, permitía explicar cómo el resto de partículas elementales obtiene su masa.


Los científicos asumen que existe un campo energético que permea todo el Universo, el campo de Higgs, por donde las partículas se mueven como los peces lo hacen en el agua. Cuanto mayor es la partícula, más resistencia encuentra al moverse. Así, colisionan con los famosos bosones, que les confieren la materia. En definitiva, el Higgs es lo que hace que los objetos tengan masa, desde el más diminuto guijarro de un río hasta la estrella más colosal, incluidos, por supuesto, nosotros mismos. Sin él, el Universo sería muy diferente al que conocemos.


Echar un vistazo al bosón de Higgs ha requerido la participación de miles de investigadores y una inversión de al menos 5.500 millones de dólares.



No hay comentarios:

Publicar un comentario