Existen muchas variedades de esta mosca, generalmente especializadas en parasitar alguna especie de vertebrado en concreto, caballos, ovejas, vacas y por supuesto la Dermatobia Hominis, especializada en seres humanos.
La hembra de la especie tiene una particular manera de conseguir que su progenie llegue hasta nosotros. Es capaz de capturar en vuelo ejemplares de mosca doméstica e incluso mosquitos y depositar en su vientre entre quince y treinta huevos para a continuación dejar libre a la víctima de tan particular secuestro aéreo.
Cuando uno de estos portadores se posa sobre nuestra piel, los huevos se desprenden y con el calor de nuestro cuerpo eclosionan apareciendo una diminuta larva, que rápidamente intentará encontrar cualquier herida, raspadura, picadura o incluso folículo piloso por el que pasar al interior de nuestro cuerpo. Una vez dentro, empezará a comerte poco a poco y a crecer . Pasadas unas 8 semanas, la larva abandona el cuerpo y sale para dejarse caer en el suelo, donde se transforma en crisálida y finalmente “renace” como mosca de la muerte adulta.
La larva es capaz de desarrollarse en cualquier parte de tu cuerpo dependiendo esto exclusivamente de la mala suerte que tengas cuando se pare sobre ti. Allí es donde van a parar los huevos, allí se aloja la larva de la Dermatobia Hominis.
Así que te puedes imaginar que en ocasiones puede haber complicaciones bastante serias dependiendo de la zona en cuestión.
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