Eso es lo que está desarrollando la empresa Second Sight, cuyo modelo Argus II ha obtenido resultados sorprendentemente positivos.
Un ejemplo es un inglés de 73 años, que perdió su visión cuando rondaba los 30 y que se sometió al implante experimental. Tras siete meses, ahora puede ver destellos de luz que le permiten reconocer formas, por ejemplo, esquivar obstáculos.Este hecho ocurrio en el 2010 ahora mismo los ojos biónicos son más avanzados.
Argus II usa una cámara y un procesador de video montados en lentes de sol, que captan las imágenes y las envían a un diminuto receptor ubicado en el borde del ojo. Este, a su vez, manda los datos a través de un pequeño cable a una serie de electrodos instalados en la retina. Cuando estos electrodos son estimulados, emiten mensajes al nervio óptico del cerebro, que percibe los patrones de luz y oscuridad.
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